jueves, 27 de septiembre de 2007

El bello arte de perder el tiempo - PaperCraft –

Después de terminar con las responsabilidades académicas y con la satisfacción del trabajo bien hecho, es hora de descansar y gastar el tiempo en simple y placentero Ocio.

Mientras espero la aprobación de nuevos proyectos, tanto académicos como profesionales, estos días disfruto de algo de tiempo libre que dedico a dibujar, leer, escribir, y desde unos días al fascinante y estimulante mundo del PaperCraft. Te preguntarás qué es esto, querido amigo y lector :) . Pues la verdad es que nada nuevo bajo el sol, se trata de los míticos recortables de papel, que con esmero, paciencia y casi destreza milimétrica, podrás llegar a construir fascinantes maquetas; como ésta que he realizado de Snake –una pasada ehh, una caja y dos “patitas”- jejeje.

Al parecer esta afición tiene muchos adeptos, de los cuales, como era de esperar, la mayoría japoneses. La verdad es, que el catálogo de PaperCraft es muy variado y variopinto, pudiendo encontrar recortables de películas como Starwars, personajes de videojuegos (como el que he montado) o de dibujos animados, con lo que es muy probable que encontréis alguno que ilumine vuestro pequeño y friki corazoncito, yo al menos lo he encontrado jejeje. Así que ya sabéis, si como yo tenéis tiempo libre y mucha paciencia, os animo a practicar este noble arte milenario.

Si queréis encontrar recortables en la red para descargar, existen un montón de páginas especializadas, es más, con solo buscar en google PaperCraft, seguro que os saldrán muchísimas figuras, así que ya sabéis, animaros y disfrutar del bello arte de perder el tiempo.

ACTUALIZACIÓN:

Por petición popular... (bueno una sola persona, aunque muy muy importante para mi) el PaperCraft de Link y una más de regalo, a ver si adivináis de quien se trata, sólo diré: Shoryuken!!!



viernes, 14 de septiembre de 2007

Misión: T.I.T. Objetivo: D.E.A (2ª parte)


Ayer a las 11:00, tuve la defensa de mi trabajo de investigación. La verdad es que me salio así, así. Yo pensaba que después de todo un lustro presentando trabajos en la facultad de Bellas Artes había perdido toda vergüenza para hablar en público, pero no ha sido así. Me puse bastante nervioso y al no llevarlo del todo preparado, puesto que mi tutor me había recomendado que improvisara, no pude hilar bien todo el discurso, lo que incrementó mi nerviosismo. Por suerte, el trabajo le había gustado al tribunal y no tenían demasiadas objeciones que hacerme, de hecho, el acto que debería durar unos treinta minutos (más o menos), se alargó hasta las dos horas dado el buen ambiente que al final se creó.

Al final aprobé y a falta del tribunal único que valorará el trabajo de todos los doctorandos durante estos dos años creo que puedo descansar satisfecho por el trabajo realizado y dormir un poquito jejeje.

El dibujo que encabeza la entrada es verídico, durante estas semanas si me veíais tendría esta cara medio de Zombi —cerebros, necesito comer cerebros—, aunque tengo que alegar en mi defensa que para el acto fui duchadito y arreglado y con mejor cara, haber si vais a pensar que soy un tirado ehh jejeje

Bueno ya os seguiré contando, ahora a descansar unos días, nos vemos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Misión: T.I.T. Objetivo: D.E.A (1ª parte)



Después de todo un año, ayer por fin, entregué mi trabajo de investigación y, aunque por ahora no puedo cantar victoria, porque me quedan todavía dos tribunales por pasar, (uno individual que calificará mi trabajo y otro en común con todos mis compañeros presentados) estoy muy contento con el trabajo realizado y, si al final todo sale bien, aprobaré los cursos de doctorado jijiji :P


La verdad es que estoy ilusionadísimo por terminar, aunque bueno, esto es sólo el principio, porque aun me quedaría lo más gordo, la Tesis, pero eso es otra historia, por ahora aprobar esto y luego... ya se verá.


Yo os cuento, empecé el doctorado hace dos años. El primer año fueron los cursos y este último el trabajo de investigación. Después de terminar este segundo año con dos seminarios que me habían quedado, me propuse en verano reunir todo el trabajo realizado durante estos dos años (las lecturas realizadas, los apuntes, las citas, etc.) y ponerme a redactar el trabajo final. Y aunque estuve todo el verano trabajando, nada que ver con este último mes, una locura. Estuve cerca de diez horas diarias currando, encerrado en casa prácticamente todos los días sin salir, con bajones de si sería lo suficientemente bueno el trabajo, si podría finalizarlo en la fecha, etc. Incluso, casi estuve a punto de desistir y dejarlo. Sin embargo, gracias a mis padres, mi tutor y a Makie que me ayudaron muchiiiísimo, reuní las fuerzas suficientes para poder terminarlo. Ahora, como se dice, alea iacta est y lo entregado, estregado está.

Aunque para entregarlo ayer tuve que sudar poco menos que sangre. Ayer era el último día de entrega (terminaba la fecha de recogida a las dos en punto). Esa misma noche estuve hasta las seis y cuarto de la mañana revisando el trabajo, cuando terminé, le envié por e-mail el trabajo a mi tutor, y fui a dormir. A las ocho en punto me llamo mi tutor y me dijo que tenía que cambiar toda la parte bibliográfica, —casi me muero—. Aun así me puse con ello, una vez terminado y revisado todo, fui a la imprenta para encuadernar el trabajo, pero tardaron tanto que casi pierdo el único tren que me dejaba a la hora de la entrega, así que tuve que ir corriendo con los cuatro tomos. Una vez en Santiago fui hablar con mi tutor para que me firmara los trabajos y poder así entregarlos. La verdad es que casi no llego y fue un estrés pero bueno, ahora puedo relajarme y preparar bien la defensa para el tribunal de la semana que viene.

Aquí os dejo una dramatización de lo sucedido, a lo Metal Gear:




miércoles, 5 de septiembre de 2007

Mi "Japan Jazz Bass"

Después de unos días de infarto para terminar un trabajo de la facultad —ya os contaré— por fin he tenido un momento libre para volver a tocar mi bajo, o quizá debería decir aporrearlo jeje, Sin duda, una de las cosas que más me gustan hacer en mi tiempo libre y eso que casi no tengo ni idea. Yo me pongo el Guitar Pro con un par de canciones facilitas y que me gusten, y ya esta, ya estoy ocupado toda la tarde, es lo que se puede llamar mi auténtico hobby, porque no existe ni oficio ni beneficio, sólo toco por puro placer, es ese tipo de cosas con las que disfrutas sin ningún tipo de estrés o compromiso.

Tengo que admitir que nunca fui uno de esos niños que desde pequeño quiso tocar la guitarra, es más, nunca me ha gustado mucho la guitarra, sin embargo el bajo tenía algo que me cautivaba, esos sonidos graves y contundentes que palpitan al compás de los latidos, como yo siempre he dicho «la guitarra “ataca” a los oídos pero el bajo va directo al corazón», es una sensación de sincronía con el cuerpo difícil de explicar.

Por eso, ya que esta entrada es un tributo a mi bajo, me gustaría contar la historia de como lo conseguí:

Corría el mes de Julio, en pleno verano del 2004, cuando unos amigos: Enrique, Rocko y yo, fuimos a visitar a Nazario a Japón. Nazario estaba allí trabajando en la embajada por motivo de una beca y nosotros mucho más ociosos no perdimos la oportunidad de ir visitarlo. Era una oportunidad única que no podíamos perder, teníamos casa, guía e incluso traductor, jejeje. Sin meterme en rollos sobre el viaje, (esto lo contaré otro día), me centraré en lo que tiene que ver con el instrumento.

Un día, paseando por Akihabara, entramos a una tienda de instrumentos musicales. Todo en aquella tienda era baratísimo, bajos, guitarras, baterías, etc. Con lo que me planteé muy seriamente adquirir un bajo. Supongo que pensé que sería el momento perfecto para comprar un bajo, tenía dinero, sería una locura más dentro del propio viaje, y cumpliría un sueño que siempre había querido realizar. Así que comentándolo con mis compañeros, Nazario me explicó que él conocía una tienda de instrumentos de segunda mano buenísima con unos precios inmejorables. De esta forma a los pocos días de regresar fuimos a la tienda que había dicho Nazario y allí estaba el bajo, no me lo pensé dos veces y cuando lo vi (comprobando antes el precio, claro) lo compré. Recuerdo que en la misma tienda compramos unas púas muy frikis de Star Wars y que Nazario me regalo una de R2-D2 que le había tocado. Al final el bajo me salió por uno 15.000 yenes, más o menos unos 100€. El único problema de esto fue la manera de colar el bajo en el equipaje de vuelta en el avión jaja, toda una anécdota. Aquí os dejo lo que sucedió más o menos: